78 | CONCRETO & Construções | Ed. 91 | Jul – Set • 2018
los participantes, entre los cuales ha-
bía algunos que incluso no sabían leer
ni escribir; hombres y mujeres adultos
y niños pudieron participar activamente
en la construcción aplicando los con-
ceptos adquiridos. La Figura 1 muestra
algunas de las sesiones de entrena-
miento, la Figura 2 una de las etapas
de construcción y la Figura 3 la vivienda
terminada. Las respuestas que previa-
mente sugerimos como supuestas,
ahora son más realistas.
Gracias a esta interacción, los fa-
cilitadores, es decir, los miembros de
la comunidad que participaron en la
IP, han hecho un gran trabajo: la di-
vulgación. Ahora otros habitantes de
El Puerto están conscientes, opinan y
tratan de cumplir aspectos elementales
para que sus viviendas no se deterioren
y empiezan a pasar este conocimiento
a sus hijos y otros lugareños.
Las causas fundamentales por las
que una estructura se deteriora pue-
den ser claramente entendidas por
cualquiera, sin importar si es ingeniero,
arquitecto, estudiante de secundaria o
ama de casa. Una de ellas es la utili-
zación de materiales para construcción
inapropiados. Por ejemplo, la gente de
El Puerto sabe que no se debe usar
arena de mar para construir con fines
estructurales. Entendieron por qué no
usar la arena de mar.
Otra causa es la utilización de ma-
teriales buenos pero que no son apli-
cables, por razones técnicas, econó-
micas o arquitectónicas, al trabajo que
se realiza. Por ejemplo, la gente de El
Puerto entiende ahora por qué no es
correcto pintar el acero para protegerlo
de la corrosión cuando está embebido
en el concreto, si no se conoce el tipo
de pintura y no se hace una buena pre-
paración superficial.
Una causa más de deterioro es la
supervisión, que puede ocasionar pro-
blemas por inexperiencia o corrupción.
En El Puerto, ahora es más difícil que
un usuario permita que a su concreto
“se le eche agua de más para agilizar
el colado”.
Una de las causas que más deterio-
ra la infraestructura es su mismo dise-
ño arquitectónico y estructural (Castro
et al, 2006). Ahora los participantes de
El Puerto tienen conocimientos empíri-
cos para trabajar la arquitectura de sus
casas y prever problemas de corrosión.
Por ejemplo, evitando dejar sin protec-
ción el acero expuesto como prepara-
ción para el crecimiento de la vivienda
sino protegiéndolo con dados de con-
creto pobre o pintura, que serán reti-
rados al continuar la construcción; au-
mentando el recubrimiento de concreto
sobre el acero para proteger a éste de
la corrosión, o; hacer ellos mismos sus
techos sin necesidad de acero como el
Domozed (Figura 4) o de ferrocemento
(Figura 2). Desafortunadamente, la falta
o poca disponibilidad de clases espe-
cializadas en el área de corrosión para
los alumnos de ingeniería y arquitectu-
ra, ocasiona que los proyectos, desde
su concepción, propicien el deterioro
por corrosión u otras patologías.
Aunque se ha estado trabajan-
do para generar asignaturas de pos-
grados en esta área (Castro Borges,
Figura 3 – Vivienda tipo Palafito de concreto terminada
Figura 2 – Miembros de El Puerto
participando en la construcción de
su vivienda